Somos una máquina que interpreta el exterior.
La realidad no es objetiva, sino un proceso interno donde varios sistemas interactúan.
1️⃣ El humano percibe → Recibimos información a través de los sentidos (vista, oído, tacto, gusto, olfato). Este es el primer contacto con la realidad, pero aún es «crudo», sin interpretación.
2️⃣ La mente filtra → Aquí entran en juego nuestras creencias, experiencias previas y patrones mentales. Lo que consideramos importante, lo que ignoramos, lo que asociamos con recuerdos… Todo esto moldea nuestra percepción de los hechos.
3️⃣ Deciden las hormonas → Nuestro estado emocional y fisiológico influye en cómo interpretamos esa información. El estrés, la dopamina, el cortisol, la oxitocina… pueden hacer que algo nos parezca una amenaza o una oportunidad, que lo veamos con alegría o con miedo. Y no depende del afuera sino de nuestra interpretación interna.
📌 Ejemplo práctico:
👉 Dos personas ven la misma obra de arte.
👀 Ambas perciben lo mismo visualmente.
🧠 Pero una, con un pasado artístico, la asocia con técnicas y estilos, mientras que la otra, sin ese bagaje, solo ve colores y formas sin mucho significado.
💥 Si una está ansiosa (altos niveles de cortisol), puede que la obra le resulte inquietante; si está relajada (dopamina y oxitocina), puede verla inspiradora.
La mente humana está diseñada para garantizar nuestra supervivencia, no necesariamente nuestra felicidad. Esto significa que su prioridad es mantenernos a salvo, no hacernos sentir plenos o satisfechos.
🔎 ¿Cómo funciona esto en la vida cotidiana?
Nuestro cerebro está programado para detectar peligros, anticipar problemas y enfocarse en lo que puede salir mal. Esto nos sirvió muchísimo en la prehistoria, cuando necesitábamos estar alerta ante depredadores o escasez de alimentos. Pero hoy, en un mundo donde ya no enfrentamos esas amenazas constantes, este mecanismo puede jugar en contra, haciéndonos vivir en un estado de estrés, ansiedad o insatisfacción constante.
Nos hizo sobrevivir: APROBADO – Nos hizo perecer: RECHAZADO
🎭 Ejemplo práctico:
👉 Estás por empezar un nuevo proyecto creativo. Tu mente, en lugar de enfocarse en lo emocionante que puede ser, empieza a pensar en todo lo que podría salir mal: “¿Y si no me sale bien?”, “¿Y si nadie lo valora?”, “¿Y si fracaso?” 🔄
Esto no es porque la mente quiera boicotearte, sino porque su prioridad es evitarte un posible “riesgo” (aunque en realidad no sea un peligro real, como un león acechando en la selva).
Esos posibles riesgos pueden salir de recuerdos de experimentaciones propias o implantados(por la familia, por la escuela, por los amigos, por las noticias, por las redes, etc).
Lectura que si no refinás con aprendizajes, con romper creencias impuestas por los demas, con entendimientos nuevos quedan ahi, fijas para siempre, tomando decisiones por vos en automático.
Se convierten en «pensamientos». Y para la mente no existen los «pensamientos» existen las hormonas.
Y las hormonas son emociones y emociones muy reptidas se convierten en sentimientos.
Y creeme que estas hormonas son rapidisimas, tiran palabras, miradas y manitos supervivientes en milisegundos, no le dá tiempo al discernimiento a poner mantos de nuestras nuevas creencias a todo.
🌱 ¿Cómo salir de esta trampa?
➡️ Reentrenar la mente: Como un músculo, podemos enseñarle a enfocarse en lo positivo, en el aprendizaje y no solo en los riesgos. En pensar esto es perfecto; ¿Para que? y tomarse el tiempo.
➡️ Distinguir peligro real de miedo irracional: ¿Es realmente una amenaza, o solo una incomodidad?
El cuerpo adorna irse a dormir con el celu porque libera cortisol como una droga. De verdad te crees que va a dejar que te quedes pintando hasta las dos de la mañana… para que?.. para lo mismo de siempre? (y acá agrega todas esas creencias limitantes que se te vinieron a la cabeza en segundos)
➡️ Crear hábitos de gratitud y presencia: Centrarse en lo que tenemos y no solo en lo que falta ayuda a cambiar la perspectiva.
La gratitud convierte lo que tenes en suficiente.
💡 La mente busca seguridad, pero la felicidad está en lo contrario: en la expansión, la exploración, la creación. Encontrar el equilibrio entre ambas es parte del desafío de SER un alma creadora. Depende de nosotros los traductores, que libro escribimos cada día.
¿Vos que libro elegirías leer?. ¿El que le salió o uno donde el autor se esforzó en darte algo de calidad?
Mira este video para tener otro punto de vista.



