Siempre habrá una puerta… una salida… una normal, casi tan parecida a la que está en tu casa o en la cuadra de a la vuelta, en tu mismo barrio.. una que te sirva para salir a jugar.

Cuando no sepas qué.. vos jugá… probá algo nuevo… probá algo que no hayas hecho nunca…
Que tu ego sepa que todavía no estás tan vieja
Que tu cuerpo, que tu mente, que tu ego sepa que todavía no estas tan vieja como para perderte el placer de encontrar algo distinto que te dé alegría y gozo como una nena…
Y que aunque tema el ridículo la nena va a salir a probar… porque el mundo todavía sigue siendo un enorme patio donde si hubo veces que la tormenta te asustó, en que el calor te sofocó, hubo veces que hiciste el ridiculo, que la casita del baldío no duró hasta la tarde siguiente porque la tiró el ventarron de la noche, o el matoncito del barrio…. pero a vos no te impidió de levantarte con el corazon lleno al otro día para ir a ver con fé, con esperanza… con esa fé inquebrantable de quien se olvidó la campera de arco… y aún seguía ahi a la noche.

O quizás mejor… alguien la guardó para vos… para que no se te pierda… te acordás?… la colgaban en un arbol, o dentro de una casa pero a la vista… por si volvías. Y vos volvías. Entonces si tenía sentido guardarla todas las veces que alguien se la olvidaba y tenía sentido tener la fé de encontrarla.
Cuando empezamos a no ser amables?… cuando empezamos a robarnos las camperas?, los autitos o las muñecas que encontrábamos?… VOs?… las devolvías?… o te las queddabas?…
Estoy convencida que hay mucha gente que devuelve como yó, estoy convencida que hay mucha, pero mucha más gente que guarda por si vos volvés.
Pero tenés que ser capaz de tener esa fé en el mundo que te rodea.

Cuando no haya mas magia en el día a día… acordate que dentro tuyo vive una nena… que si le das a elegir entre pasar verguenza haciendo cosas que no duran ni un día… todavia prefiere hacerlas que quedarse aburrida en casa.
Cuando ya no te alucine tu lugar, tu espacio, tu ambiente, acordate que aun hay una nena que daría vuelta todos los muebles, solo para que un peluche tenga su propio espacio. Porque a veces todavía puede presentir la necesidad que tiene ese peluche de un espacio propio y del amor que vos tenés para dar.
No voy a mentirte… ya no me pasa con peluches… pero vos entendés que tengo que respetarle a mi niña salir a jugar otros juegos…
